miércoles, 29 de abril de 2015

Que tal?

Y tu, que tal? Yo bien y tal, como siempre, tampoco cambia mucho la vida he aprendido el valor de lo que no está,  cosa que me parece que siempre aprendo y tengo más que asumida, pero el silencio es la más dura de las condenas que nadie puede soportar, el saber que estuviste ahí, para y conmigo, luchando en esto que llaman vida.
Cuantos años hace ya? Casi ni me acuerdo cuando te contaba mis paranoias de fantasma del mundo, esas chorradas que caen de mi mente y salen por mi boca casi sin pensarlo y sin miedos de vergüenza ninguna. Estupideces que echo de menos, no por no poder hacerlas, que sigo siendo casi igual, sino porque no estás tu para reírte con un cretino sin sentido como yo.
Que si, que es evidente,  que te extrañó, e intentar volver para atrás se me hace ya imposible, y por mucho que lo intente me va a dar igual, no vas a volver y aunque me lo niegue casi cada día, no estás para agarrarme del pecho con esas miradas inocentes que van a hacer todo el daño del mundo a mis temores.
Me quede en aquel portal, intentando escapar sin llave del veneno que me inyecto cada día recordándote, mirando al cielo como tantas otras veces, anhelando que al bajar la mirada estés por ahí, para contarte mi vida otra vez como antes, ojalá,  como si no hubiese pasado nada.
Es triste pensar que nadie conseguirá arrancar de mi estas noches, estos pensamientos de querer irme de todo este mundo y empezar de cero en mil lugares diferentes, de olvidarme de ti de una vez por todas, sacarte de mi pecho, de mi cabeza, de mis venas, arterias y capilares que se que llevan parte de ti.
Mi cerebro estalla por segundos, cada instante es mi lucha por seguir hacia delante y nadie logrará romper el muro que separa todo lo que la nostalgia me brinda... Si pudiera desear algo sería volver a estar un rato contigo, rondando la parte antigua, descansar en el Príncipe y gritarte a susurros lo que tantos años llevo callandome, que sin ti nada ha sido como me hubiera gustado que fuese.
Pero bueno, todo va bien, quizá mi futuro sea incierto, pero seguir adelante sin poder decirte que los días de lluvia cobran sentido por ti, por aquel día que queda en mi cerebro,  revienta mi interior y colapsa mi psique. Mi futuro sabiendo que no estás ni estarás ayuda, aunque sigo engañandome con lo mismo, a pesar de este futuro perfecto entre mis investigaciones utópicas y realización laboral, sigo deseando llamarte y decirte: que tal?
Preocuparse por una cosa quiere decir que lo demás va bien, espero que sea eso y mi mente no me juegue otro mal paso, que de cada tres bien, uno tropiezo.




No hay comentarios:

Publicar un comentario