lunes, 8 de junio de 2015

Al final estoy donde debería estar, soy feliz y no tengo ningún problema en admitirlo, en buscar los caprichos que puede ofrecerme un universo que no tiene nada que esconderme.
Todos acabamos donde debemos, y quizás sea aquí o en otro lugar con más o menos gente, con una orquesta clásica o con psicofonias extrañas sacadas de cualquier película de terror, pero piense lo que piense, todo es feliz, todo es algo bueno y por fin puedo dejar de sonreír para empezar a reír. Porque hasta las canciones tristes tienen un punto optimista, y no se cuantos químicos estarán rondando por mi cabeza, pero he descubierto que la droga más efectiva contra el dolor es la felicidad, y aunque es difícil pillarla, es la más efectiva

viernes, 5 de junio de 2015

Temprano

Desde siempre viviendo de recuerdos, por todo y nada, por seguir o aguantar o sobrevivir. Harto de malvivir del cuento, de dar pasos en falso y de más. Los recuerdos pueden atormentar cualquier alma, y a la vez pueden revivir cualquier cadáver que se hayan agotado sus ganas de vivir.
A día de hoy agradezco los recuerdos, desde aquel último día que arranqué de tus ojos un pequeño haz de luz, para partirlo, para inyectar pequeñas dosis de felicidad cuando más y menos lo necesito. Sobrevivir hoy es insuficiente, necesito más de todo y volverme un gran adicto a los sueños, no seguir por un camino y verlos todos, no reír por gracia y hacerlo por alegría.
He dejado un rastro de esos trozos de luz que te quito, para saber el camino de vuelta siempe. Para no olvidarme de que la felicidad tiene nombre, y que esto y deseando arrancar cada segundo de existencia que pueda. No quiero olvidarte aunque ello suponga la locura.