miércoles, 30 de julio de 2014

Dos días

Sigo sin saber hacia dónde va mi vida, y sigo diciendo que no me quejo de nada, sigo escribiendo en momentos donde mi cordura pende de un hilo... Yo llamo así a mis días malos, a esos días que te levantas y dices "hoy no va a ser mi día" pero cuando te estás lavando la cara te miras al espejo y piensas "el día no ha empezado bien, pero puede ir a mejor"...
Esos días en los que no tienes nada que hacer, que lo que ayer te divertía hoy te aburre, y lo que ayer estabas ansioso por hacer, hoy es solo otra tontería más de esas de "ya las haré otro día"...Son esos días que no solía tener y que ahora tengo más y más. Días en los que necesito hablar y todos están ocupados, y yo, espero a que alguien quede libre para marcharme diciendo "esta todo bien, tranqui".


A veces miro al espejo y me veo aún con esa esperanza en los ojos, esperanza de que me estás guiando allá donde estés, aunque sé que estarás enfadada porque solo te lloro cuando no me va bien... También me gustaría que estuvieses cuando ocurre algo importante y querría abrazarte y que me dijeras que soy un estúpido crío y que no es para tanto, porque sé que esa es tu forma de decirme que estás orgullosa.
Este blog no es más que un jodido pañuelo que utilizo cuando creo que todo va mal, los días de bajón para hacerme sentir algo mejor.

Siempre quise ser artista, pero a medida que me hago mayor voy dándome cuenta que no valgo para ello... No valgo para escribir, no valgo para dibujar, no valgo para nada artístico. Hace algún tiempo viví ilusionado con ello, pero no pude alcanzar nunca mis metas y me frustraba tanto que acabé dejándolo por imposible.

Quizás siempre me creí poco importante para el mundo, y demasiado poco para otras personas. Soy demasiado dependiente de demasiadas cosas y demasiado independiente para demasiadas otras, demasiado asustado de todo, demasiado perfeccionista, demasiado bobo, demasiado inmaduro, demasiado inútil, demasiado estúpido, demasiado... Demasiado.

Creo que va siendo hora de cambiar... De seguir hacia delante o volver hacia atrás para terminar de darme cuenta de todo lo que he hecho mal.
Hay que vivir la vida buscando ser feliz, para, al llegar a anciano, haber vivido lo suficiente como para decir "vive, que la vida son dos días", porque solo lo que se hace estando feliz, se pasa tan rapido.