jueves, 18 de abril de 2013

Cuatro frases sueltas

Cuando todo termina, se acaban las hojas del calendario, se ultiman los detalles de una despedida... Despedida... Tan efímera palabra escrita entre las fibras del papel, que incluso me parece fácil borrar una despedida... Una de tantas.
Entre cuatro paredes me ahogo por ser estúpido, por girar las tornas de mis propios sentimientos, por valorar más, en cuantía de tristeza, la despedida en aquella esquina, que el resto de adioses descritos en una vida amarga e indigna de mención.
Intenté aprender a componer, para ser capaz de transcribir el pentagrama descrito en tu pelo, tantas notas para intentar decir tanto que siempre queda en tan poco. Desesperado entre cuatro notas, espero... Sentado mirando al mar del cielo, observando en el horizonte una lúgubre sonrisa blanca... ¿Serás tu? pienso, eres tu, certezo.
Hoy, me pongo fantaseoso, y mientras escribo pienso en deseos oníricos sacados del más melancólico de los escritores reales. En realidad siempre fui así ¿Cambié? quizás, probablemente no. Mi carácter es tan distinto a mi forma de parecer, mi pequeño traje de gala, que a veces me asusto...

"Hoy salgo vestido con aires de grandeza, con el traje de sonrisa puesta, con la piel de recuerdos y de pinceladas de dolor, me quito de mí el egoismo, me vuelco en tu sonrisa, me arrastro a hacerte feliz. Y no aunque lo intentes y me lo digas, no voy a pensar en mí siempre he sido así"