Me inspiro con lo que escucho, no lo que dicen, sino las melodías, los sueños, las caricias. El sonido de un susurro dicho por nadie me hace convaleciente de un pensamiento extraño.
Hoy me he levantado y no he puesto ningún pie en el suelo, me he puesto con las piernas cruzadas sobre mi cama y me he dicho "adelante".
Tantas veces la rabia me corroe que he aprendido a asumir su corrupción como parte de mí y a exhalarla como si de un estornudo se tratase. Soy feliz, por primera vez en mucho tiempo, soy feliz. Quiero gritarlo y lo hago en forma de susurro a los oídos de quien deben escucharlo, y me gustaría serlo para siempre pero a veces mi felicidad puede provocar en otras personas sensaciones que no son buenas para el momento.
Se apagaron las luces y se ha bajado el telón, se ha quedado omitido el aplauso y solo quedo yo, sentado, en la misma silla del momento en el que llegue, me duermo viendo la función de mi vida y me despierto con 16 años y con ganas de vivir, doy cabezadas por no querer observar lo que veo en el mundo y me despierto, cansado, triste y con casi 19 años... No quiero volverme a dormir.
Hoy escribo extraño, hoy me ha dado por poner palabras raras e incoherentes. Busco la exactitud en las palabras para que lo entendáis en otro contexto.
No se que me está pasando, azoto mi mente con pensamientos que seguramente no tienen nada que ver, preocupándome por cosas que probablemente no sean absolutamente nada. Pero mi instinto me ha fallado muy pocas veces, y seguiré confiando en él.
No me quiero dar por vencido con nada ni nadie. No quiero gimotear entre los recodos de mis errores como si me arrepintiese de ellos. Quiero luchar por mí y por ti, quiero que se pase todo esto aunque no esté pasando nada, quiero poder ver en cada cara la muesca de "te has rallado como un imbécil por nada"
"Y mientras su cara me decía "en donde me he metido" y yo miraba a todos lados buscando un poco de intimidad para mi y para mi alma, me arrepentía de lo que acababa de decir. Pensaba en como relajar el ambiente hasta que, con miles de palabras, quise dar a entender: ¿Esperabas menos de mí?"
domingo, 29 de abril de 2012
jueves, 26 de abril de 2012
Una semana, un montón de recuerdos, un feliz presente
Esta semana me he puesto a recordar,
también me he puesto a rebuscar entre los retales del pasado en unas
cuantas cosas escritas las he juntado y he añadido mi pequeño
toque.
Solamente he recuperado un montón de
cosas que tenía escritas, y he escrito sobre ellas, he matizado y no
he borrado nada… ¿Cuál ha sido mi sorpresa? Que prácticamente
nada ha cambiado, sigo optimista, sigo fuerte, sigo siendo el mismo y
mi pesimismo sigue aflorando, solo que menos…
Escribiendo como tantos otros días me
pongo a pensar en todo lo que la vida es, y más en concreto de lo
que casi siempre pensamos, nos convierten en lo que queramos ser,
quizás es destino del ser humano el acabar con un mismo camino, o
será quizás porque el mundo nos ha ido educando para ser eso.
El ser diferente hoy día es tan común,
que ser diferente es normal y ser normal es da asco. ¿Es esto en lo
que se ha convertido la personalidad humana? ¿En una simple lucha
por ser diferente por ser aceptado? Por qué seguimos caminando un
empedrado camino en el que las rocas son los sueños que poco a poco
dejamos atrás por pensar que son imposibles…
¿Es por eso que tanto se dice que el
mundo es un asco? Ojalá pudiese preguntar a un sabio muchas de las
dudas existenciales que tengo. El ser humano se ha ido degradando de
tal manera que hemos asimilado que es posible querer a base de peleas
y reconciliaciones. Nuestra cabezonería nos hace discutir y nos es
demasiado complicado tragarnos nuestro orgullo, pero la cobardía
interna a sentirnos solo, el amor, o aquellos sentimientos que, por
miedo a perder esta personalidad, ocultamos haciéndonos perder una
parte de aquello que nos hace humanos. Los sentimientos.
Caemos en el mismo abismo de siempre…
Nos hundimos en la miseria de un mundo pesimista, anclado en que la
tristeza forma parte de nosotros. Yo quiero luchar contra esa
tristeza, hablar con el corazón sin que la vida me trate como un
bicho raro; aunque eso es algo que me da igual, pero sentir el
rechazo de las miradas clavadas a tu espalda, para alguien tan
emocional es algo que pesa, pesa y pesa hasta que los pilares de mi
alma se rompen en mil pedazos y vuelvo a caer en este pesimismo
humano creado por no-sé-quién y vuelvo a desfallecer y a necesitar
un poco de ayuda hasta volver a recuperar fuerzas.
¿Quiere esto decir que (Al menos yo)
estoy triste por la sociedad? Intento sonreír por una simple razón
“No sabes que sonrisa sacas sonriendo tu”. Me encanta ver sonreír
y me importa poco si no me pega o no. Adoro ayudar siendo como soy,
pero el mundo me ataca con desprecio, cuando yo quiero tender a
cualquiera una mano.
---
Muchas veces el olvido nos persigue, es
nuestra particular sombra, como aquellas veces que caminamos sobre
una calle repleta de farolas, solos, y mirando al suelo observamos
cómo una sombra va, y otra viene, como algo se va y vuelve, a
nuestro parecer de la misma manera.
¿En serio? Nada vuelve de la misma
manera, ni la primera vez se podrá repetir en otro contexto. La
sombra del pasado que se va, no es la del futuro que se acerca. Nos
obsesionamos con esta primera vez que tantas y tantas veces
recordamos e intentamos hacer lo posible para repetirla, encontrar en
otros ojos aquel primer amor, encontrar en otros brazos a ese antiguo
amigo…
Queramos o no es el mundo que nos
rodea. Un mundo diferente en cada momento, por eso hay que vivirlo
tal y como es, como un instante. Cada segundo es un instante y la
vida es eso, un instante; pensar en pasado es una tontería, nos hace
llorar, recordar algunos momentos y hacernos sentir mal. Pero es
pasado, quedó atrás. ¿Yo? Todos los días recuerdo los mejores
momentos de mi vida, pero no intento recuperarlos, vivo de recuerdos
pero es lo que son, recuerdos. No quiero que el destino me haga
tropezar con algo desconocido y pensar “es como aquella vez” Y
sustituir cada momento de mi vida con algún dulce momento pasado.
La vida es casi una trampa. Caemos en
un abismo de querer ser algo único y al final no ocurre nada, ser
único está muy visto últimamente, eso es en lo que nos hemos
convertido. Clones de una falsa pluralidad de personalidad, todo
porque es normal y es aceptado socialmente. Nos hacen creer en
recuerdos de un pasado, mirar tanto por nuestro futuro que el
presente es una simple formula en la que presente es igual al pasado
menos el futuro. ¿No existe presente? Ya es pasado y a la vez
futuro…
No creo en la visión de que el
presente ya es pasado y a la vez futuro. El presente es presente y
hay que vivirlo, como queramos, sin atender a objeciones sociales de
estúpidos pseudo-filosofos que se creen sabios sin saber de qué
hablan y tener orgullo suficiente como para no preguntar ni
tragárselo
¿Yo? Antes contra el viento que vivir
sin el presente
---
He visto ponerle precio al mundo
entero, a un amigo, a un amor incluso a la familia. En realidad todos
nos vendemos por algo, solo que prácticamente todo el mundo pone su
precio por dinero. La historia de mi vida ha sido un sin vivir de
problemas siempre uno detrás de otro, pasándome noches sin dormir
por una depresión y me he marginado por miedo a que se rieran de mi
por ello. Me he enamorado y me he desenamorado, lo he pasado
realmente mal, hasta el punto de gritar en medio de la calle por el
simple hecho de querer desahogarme. La Historia de mi vida es una
mierda, muchos se deprimirían y se sorprenderían de las formas que
he tenido para ocultarme, hoy me va todo mucho mejor de lo que pensé
nunca. Estoy alegre y contento por todo lo que tengo y estoy
descubriendo, pero me siento anclado en un mundo que me ve raro, sigo
sin entender por qué he de sentirme raro.
Soy como soy y me gustaría dar la vida
por un ser querido, quiero vivir en agobio por mis seres queridos,
poco puede hacerme daño, pero al mismo tiempo demasiado me preocupa,
me preocupo por todo, le doy mil vueltas a las cosas aun lanzándome
sin pensar. Mi vida es una completa paradoja. Si todos los días me
obcecara en darle vueltas acabaría amargado y muerto de asco,
preocupándome en lo que lucho porque los demás se preocupen, yo
solamente vivo en un mundo que no sé si me quiere o si me acepta del
todo, pero me da igual mientras tenga una mano a la que agarrarme sé
que el pasado quedará atrás y podré seguir adelante sin miedo al
miedo, o a que el dolor del pasado vuelva.
---
Somos esclavos de un destino estúpido.
La vida nos va deparando lo que vamos caminando y los que se paran
acaban estancados en una perspectiva gris que coloquialmente llamamos
tristeza. Los pesimistas quizás lo son por la vida que han llevado,
o quizás porque no saben afrontar la vida de otra manera. A mi punto
de vista el pesimismo es otra forma de ver la vida, solamente que es
difícil de disfrutar. Yo quizá haya tenido o tenga más o menos
problemas que otras personas, pero aprendí a disfrutar de la
tristeza hasta tal punto que desenmascaré al estúpido sociópata
escondido entre los recodos de mi ser, le até al son de una guitarra
y conseguí que mi corazón latiera al ritmo de una dulce melodía,
todo por aprender a disfrutar de la tristeza y nunca dejar atrás al
crío soñador que todos guardamos dentro.
---
Me encanta tener que tragarme el
orgullo, me encanta equivocarme, me hace sentir que aún estoy muy
lejos de ser la persona que quiero ser, adoro la sensación de justo
antes de decir “lo siento” por un error, por tener que asumir que
me he confundido y que quiero pedir consejo para ser un ápice mejor.
El ser imperfecto es una virtud, es lo que (al menos yo) necesito
cada día, el saber que hoy he hecho algo mal, que mañana debo
arreglar mientras piso sobre algodón el presente, disfrutando de su
vaivén y de sus tropiezos.
Pensar en que la vida va mal… Bueno,
deprime. Pensar en que cada pequeño roce puede hacer que una herida
cicatrice, con quien ese roce se haya provocado, el curar y olvidar,
el decir “te acuerdas de… si como era…” y que el error se
haya subsanado entre los jirones del pasado.
No quiero estar pendiente de hacerlo
todo bien, quiero hacerlo y si está bien disfrutarlo y si está mal
ser otro más del montón de un cúmulo de personas comunes que se
equivocan, pero que para mí mismo me siento diferente y sé que para
los míos soy diferente porque he conseguido curar las cicatrices, y
en mi piel solo se muestra el suave paso del placer.
---
¿Yo? Solo soy un inútil, pocas cosas
se me dan bien, y muchas mal, pero me siento orgulloso. Soy lento
para ver algunas cosas, soy cobarde para decir otras mil, soy vago,
soy desordenado y un poco desastre. Soy demasiado pesimista, a día
de hoy me sigo escondiendo en una sonrisa cuando todo va mal, sigo
recordando el pasado que me duele, aún me contradigo en ocasiones,
me agobio por pensar que están dando por mí más de lo que yo doy,
sigo anclado en el amor y en mi perspectiva “mágica” de la vida,
sigo siendo un soñador , me considero una buena persona incluso
cuando no debo serlo, y sigo resignándome a no decir que la gente me
ayuda más de lo que ellos creen. Sigo queriendo ser lo que mis
sueños son y luchando por ello, no me ilusiono, pero cuando lo hago,
lo hago demasiado… Y aún me cuesta decir lo que he sido.
Soy yo, en mis mil errores, los que sé
y los que no, sigo siendo un niño, y sigo siendo un maldito
desastre… Soy yo, y te pregunto… ¿Esperabas menos de mí?
“Y un borracho una noche me dijo: Tu
solo sueña, y enamórate, solo ríe y disfruta, lucha sin cansarte
por lo que quieres, e intenta que el resto del mundo haga lo mismo…
Intenta que todos estén lo más felices que puedan, que todos
disfruten. Que cuando vivas todos sonrían, que todos lloren cuando
no estés.
No recuerdo si eso me lo dijo aquel
borracho o fui yo mismo delante del espejo… Es lo que tiene estar
borracho”
Suscribirse a:
Entradas (Atom)